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TÉ de las Buenas Noticias

Hasta que fue posible, una vez al mes, nos estuvimos reuniendo, en la Parroquia de San Jacinto, un grupo de personas para tomar un té y charlar sin prisas… ¡compartiendo Buenas Noticias!

Consideramos que ha sido una experiencia positiva y, desde luego, que nos ha hecho “descubrir” que siempre podemos encontrar buenas noticias (sobre todo si sabemos buscarlas) pensamos que es una actividad con la que habrá que continuar cuando sea posible. Lógicamente es algo que dejamos de llevar a cabo en este curso, pues ¿cómo compartir té y galletas guardando las “normas de seguridad” que se nos están pidiendo cada día?

Pero eso no nos impide que, aprovechando los medios que tenemos a nuestro alcance, como es teléfono y la aplicación WatsApp, seguimos compartiendo cada día informaciones diversas, reflexiones, y algunas buenas noticias.

¿POR QUÉ empeñarnos en hablar de “BUENAS NOTICIAS”?

Porque estamos convencidos de que el mundo va a mejor. Y más: queremos creer que, cada día, suceden más cosas buenas que malas; aunque, los poderosos de este mundo, quieran hacernos creer lo contrario. Por una única razón: porque, quienes no quieren que las cosas cambien, se empeñan en desmoralizarnos y desmotivarnos para guerrear por un Mundo Mejor.

Quienes creemos en el Mensaje de Jesucristo, no sólo hemos de trabajar por la Paz, La Justicia, el Orden Nuevo de la Fraternidad. También hemos de ANUNCIAR las Buenas Nuevas que se dan y nos hacen crecer en Esperanza; a la par que denunciamos las “malas viejas” (injusticias, egoísmos, violencias, divisiones) que se siguen manteniendo y contra las que hemos de combatir.

Y porque es bueno reforzar esta convicción nuestra, necesitamos hablar de ello y compartir cuantas experiencias tengamos de: que LO BUENO es algo que existe y crece y ¡hasta es contagioso! Por lo que, además, ¡merece la pena trabajar porque ¡cada día haya más COSAS BUENAS QUE SEAN NOTICIA (signos también de ese Reino de Dios que creemos comenzado, presente entre nosotros). Y queremos que así sea.

Si bien actualmente nos encontramos en un momento muy difícil, pero ¡nunca! debemos renunciar a mantener viva la esperanza.

Las buenas noticias no hay que ocultarlas a nadie. Son alegría necesaria para TODOS. Si todo el mundo encendiera una antorcha, la oscuridad desaparecía.
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