Creemos y Esperamos
El grupo se inicia con un grupo de personas adultas que habían estado recibiendo su catequesis durante el curso 2017-18 en los dos grupos que hubo ese año, y que se confirmaron en junio de 2018. Son varios miembros de ambos grupos los que manifiestan su deseo de continuar reuniéndose, de no perder el contacto entre los participantes, de querer seguir formando parte activa de la Comunidad Parroquial, a la vez que seguir avanzando en la maduración de la fe, una vez habiendo sido confirmados…, y sus catequistas vieron que había que darles una respuesta. Posteriormente se incorporaron también otros adultos confirmados en 2019 e incluso han venido incorporándose algunas personas más sin haber estado en las catequesis de confirmación, pero sí interesadas en mejorar su vida cristiana, compartiendo oración, fe y vida en este grupo.
Porque creemos, esperamos. Pero nuestra fe no puede ser una sutileza para tranquilizarnos, sino un arma para movernos a actuar, a trabajar por un mundo más justo y más fraterno, más acorde con los valores del Reino. Y nuestra lucha ha de estar cargada de esperanza; esperanza activa que no nos deje dormirnos. Sabiendo que el mañana mejor depende mucho de cuanto vivamos en el hoy, en el momento presente.
Por eso, en CREEMOS Y ESPERAMOS, nos planteamos:
Porque creemos, esperamos. Pero nuestra fe no puede ser una sutileza para tranquilizarnos, sino un arma para movernos a actuar, a trabajar por un mundo más justo y más fraterno, más acorde con los valores del Reino. Y nuestra lucha ha de estar cargada de esperanza; esperanza activa que no nos deje dormirnos. Sabiendo que el mañana mejor depende mucho de cuanto vivamos en el hoy, en el momento presente.
Por eso, en CREEMOS Y ESPERAMOS, nos planteamos:
- madurar en nuestra fe
- haciendo oración
- reflexionando la Palabra
- buscando cómo crecer como personas
- para vivir coherentemente cuanto somos
- con el propósito de ir compartiendo la vida en grupo cristiano
Este pasado curso no pudimos avanzar mucho; fueron demasiadas las dificultades…, o no supimos salvarlas del todo. Aunque sí es cierto que hay a quienes si ha servido este “cauce de comunicación” que es el WhatsApp y al menos nos ha mantenido, de alguna manera, en relación (con la oración de la mañana, algunas canciones y poemas, o compartiendo noticias u otras aportaciones varias).
Ya en este curso, pretendiendo retomar nuestro ritmo de reuniones, tuvimos una primera reunión presencial, rica en vivencias y muchas ganas de volver a reencontrarnos; aunque ya luego hemos pasado a tener las reuniones telemáticamente. No es lo mismo, pero como ya sabemos “lo perfecto” pocas veces es posible.
